Si eres propietario de una piscina debes haber escuchado acerca de lo beneficioso que es cubrirla en el invierno o durante un largo período de tiempo en que estará en desuso, pero permanecerá con agua para favorecer la conservación de la pintura y sus materiales estructurales.
Sin embargo, puedes que no comprendas el porqué de esta necesidad, y por ello hemos preparado este artículo, en el que te enumeramos las razones fundamentales que hacen de una cubierta para piscina un accesorio invaluable.
Impedir la evaporación del agua
Cubrir una piscina, lo mismo cada noche que durante la etapa invernal, es una medida eficaz para impedir la evaporación del agua y de esta forma, reducir el gasto de este recurso vital.
Menos uso de productos químicos
Asimismo, al cubrirla cada noche no nos vemos obligados a emplear tantos productos químicos para el mantenimiento de la higiene y la calidad del agua, pues esta se enturbiará menos durante las noches, al no estar expuesta al polvo atmosférico o cualquier otra clase de impurezas que el aire puede asentar en el estanque. En grandes concentraciones, algunos productos químicos para piscinas pueden provocar alergias en los ojos y el sistema respiratorio.
Por tanto, al usar una cubierta para piscina, que reduce el uso de estas sustancias entre un 35 y un 60 por ciento, también estamos cuidando nuestra salud y la de todos los bañistas.
Mantenimiento de la temperatura del agua
Proteger con una cubierta una piscina cada noche permite retener el calor del agua, lo que la hará más disfrutable en las mañanas, incluso en las de invierno, al no estar tan fría producto de las bajas temperaturas nocturnas. Esto resulta más relevante para las piscinas que basan su calentamiento en el impacto del sol, puesto que para una con sistema de calefacción autónomo el agua fría no supondría un problema.
No obstante, veámoslo con un enfoque más racional: Si conservamos el calor del agua, no tenemos que abusar del sistema de calefacción, y ahorramos energía y dinero al pagar las facturas del consumo eléctrico.
Menos tareas de limpieza
Otra razón importante es que al cubrir la piscina ahorramos tiempo en las labores de mantenimiento y limpieza, pues serán menos los asentamientos de impurezas, hojas, ramas, o cualquier otra cosa arrastrada al agua por el viento, que deberemos recoger cada día o pasado un largo período de tiempo.
Ahorro energético y económico
Una cubierta de piscina favorece el ahorro monetario. Por lo que hemos visto hasta ahora este ahorro es posible gracias a un menor consumo de electricidad, derivado de un menor uso de la calefacción, a menos gastos en productos químicos y a un menor consumo de agua, dado que no se evaporaría con la misma velocidad en una piscina cubierta que con la que lo hace si la piscina siempre permanece al aire libre.
Mayor seguridad
Asimismo, las cubiertas favorecen una mayor seguridad. Algunas están conformadas a partir de fibra de vidrio y esto las hace resistentes y capaces de evitar que una persona caiga al agua. Otras cubiertas, como las lonas y las solares, no protegen de una caída al agua, pero sí favorecen en mayor o menor medida los aspectos anteriores.
Por último, debes saber que una cubierta de piscina es algo sencillo de instalar y utilizar. Las hay que conllevan más esfuerzos que otras en cuanto a su instalación y operación, pero todas protegen la conservación de tu piscina, ya sea cada noche o durante la etapa invernal, en que ni te pasa por la cabeza darte un chapuzón producto del frío. Si tu economía te lo permitiese, puedes optar por adquirir una cubierta automática, que con tan sólo apretar un botón se abre o cierra sobre tu piscina, protegiéndola de todo. Si estas fuesen muy caras no pasa nada, pues existen otras mucho más asequibles, que también brindan una buena protección.