Cómo limpiar un sofa de piel

Cómo limpiar un sofa de piel

¿Quién no adora los sofás de piel? ¿Cómo podría alguien resistirse al aspecto tan elegante y distinguido que le aportan a nuestro salón? Además, son muy fáciles de limpiar, y lo mejor de todo es que puedes hacerlo con productos que encuentras fácilmente en tu hogar. ¿No sabes cómo? No te preocupes. Aquí llegan justo a tiempo las mejores claves para limpiar un sofá de piel sin morir en el intento. ¡Déjalo como nuevo!

Algo tan simple como un paño húmedo: Así es. Si tus niños han derramado bebidas o alimentos en tu sofá de piel, no hay que desesperarse. Basta con repasar un paño húmedo y listo. Quedará como nuevo. ¿No se quita la mancha? Inténtalo con nuestro próximo consejo.

Para las manchas viejas: Del mismo modo, la cerveza es un truco casero infalible para dejar tu sofá de piel impoluto. Además de ser muy noble con el material, la cerveza se encargará de eliminar cualquier tipo de mancha que se haya acumulado con el tiempo.

Para la tinta de bolígrafo: La tinta de bolígrafo y la piel son enemigos acérrimos. Para ganar la batalla, acude a las bondades de la vaselina o el aceite de ricino. Solo debes esperar a que el producto actúe por unos minutos y luego repasar la superficie con un paño suave.

Para los restos de comida: El chocolate, la mayonesa o el kétchup no volverán a ser más un problema si caen en tu sofá de piel. Ahora puedes aplicar una solución de agua con jabón (o pasta dental) para remover las manchas. Eso sí, no presiones demasiado la superficie para evitar que los restos de alimento penetren en el material.

Para mantener el brillo: Si te decides a comprar un sofá de piel para tu hogar, sobre todo ahora que los puedes encontrar a precios muy económicos, la leche se volverá uno de tus aliados más fieles. Repásala para quitar las manchas y mejorar su aspecto.

Para las manchas de café: El café se elimina de manera absoluta de tu sofá de piel con un paño no abrasivo que absorba los restos de líquido. Posteriormente, emplea un paño levemente humedecido con agua y repasa la zona de afuera hacia dentro.

Para el barro: El primer paso es esperar a que seque. No trates de eliminarlo si se encuentra suave. A continuación, y con un cepillo, trata de remover la mayor cantidad de barro que puedas, para luego frotar la superficie con un paño húmedo.

Para eliminar los pelos: Los pelos y el polvo otorgan un aspecto desmejorado a nuestro sofá en cuestiones de minutos. Para removerlos, lo más aconsejable es emplear una aspiradora (en potencia media) o un cepillo de cerdas suaves. Limpia cada recoveco sin presionar demasiado contra la tapicería.

Para hidratarlo: Una proporción de vinagre y dos de linaza te resultará esencial en estos casos. Atomiza todo el sofá y límpialo con movimientos circulares. Eso sí, asegúrate de retirar la solución con un paño seco para que el vinagre no termine dañando el material. En poco tiempo contarás con un sofá limpio, liso y bien hidratado.

Para secar el sofá: Nunca, pero absolutamente nunca expongas tu sofá a los rayos directos del Sol, ni tampoco emplees un secador. Lo más conveniente en estos casos es que utilices toallitas limpiadoras o productos alcalinos que no sean agresivos con la piel.

Productos antimanchas: Si el problema es mucho mayor que una simple mancha de grasa o un derramamiento de comida, nuestro consejo es que te apoyes en productos antimanchas que podrás encontrar en el mercado. Hoy en día existe una amplia variedad de soluciones industriales y de gran eficacia para mantener un sofá de piel en óptimo estado.