Colores para una habitación infantil

Colores para una habitación infantil

La habitación de un niño transpira ingenuidad y vida. En ellas los colores son protagonistas y los encargados de reflejar la alegría y la ternura que inspiran los niños.

A la hora de pintar el dormitorio de un pequeño se debe tener en cuenta además de  las dimensiones, iluminación y ubicación de la habitación, los efectos que los colores puedan condicionar en los niños.

Las técnicas del Feng-Shui revelan que no todos los colores son adecuados para los niños, y que el uso de estos se determinará, también, por la edad del infante. Esto se debe, entre otros motivos, a que cada color tiene su propia luz, energía y efecto, que puede ser positivo o negativo en el estado de ánimo y la armonía de los pequeños.

EFECTO DE LOS COLORES

El color rosado se encuentra asociado al sexo femenino y tiene-en sus tonos claros-efectos calmados y relajados, por lo cual es apropiado para potenciar la calma y la afabilidad en los pequeños.

Se dice, además, que el color rosa es símbolo de ingenuidad, bondad, ternura, dulzura, la constancia y la delicadeza, al tiempo que aleja los pensamientos negativos.

Por su parte, el anaranjado ha sido tomado como señal de precaución para algunos y de regocijo, fiesta, y placer. De igual forma, se considera un estimulante del apetito, la conversación y la caridad.

Algunos terapeutas emplean el anaranjado en sus consultas para tratar las fobias, estados depresivos y obsesivos.

El rojo es un gran estimulante visual. Se dice que estimula la acción, pasión, emoción, agresividad y peligro. Es bueno tener rojo dentro del cuarto del niño-no necesariamente en las paredes- pues incrementa la circulación sanguínea, aumenta la tensión, es cicatrizante y estimula al apetito.

Habitación infantil

Es bueno pintar el cuarto de un niño con el color verde porque este transmite seguridad, expansión y estimula el crecimiento emocional, al tiempo que  incrementa la actividad cerebral, calma el estado de ánimo y es desintoxicante.

El color verde es sinónimo de juventud, descanso, equilibrio, adjetivos que todo padre desea para calificar a sus hijos. De igual forma, el azul calma y tranquiliza; es bueno para conciliar el sueño, atenuar los dolores de cabeza y los trastornos del estómago.

Azul es símbolo, según el significado de los colores, de seguridad física y fuerza, amistad, fidelidad y amor. Desde el punto de vista fisiológico disminuye las pulsaciones, baja la presión sanguínea y reduce el apetito.

El color amarillo no se recomienda para los cuartos de los niños, se dice que lloran con mucha frecuencia en las habitaciones pintadas con él. En sus tonalidades más brillantes puede producir dolor de cabeza, sobre todo a los mayores. No obstante, estimula la capacidad intelectual y el aparato digestivo, es bueno para las dolencias hepáticas y musculares.

Por su parte, el violeta, en todas sus tonalidades, se asocia a lo femenino. Es conocido que estimula la capacidad intelectual, es relajante e indica ausencia de tensión, por lo cual puede significar calma, autocontrol y dignidad. Se debe evitar en las habitaciones de los niños pequeños y es adecuado para los adolescentes.

El color negro, en cambio, no se debe utilizar nunca en la habitación de los niños porque implica la concentración en uno mismo, aumenta el cansancio del cuerpo, e implica mayor desgaste de energía. Por el contrario, el blanco irradia paz, infancia, estabilidad, calma, y armonía. Asimismo, estimula la actividad intelectual y favorece la imaginación. No obstante, no se recomienda para cuartos de niños muy pequeños.

Para los infantes hiperactivos se aconseja pintar el cuarto con colores como los madera, habano, crudo, maíz o beige pues ellos transfieren tranquilidad y quietud. Sin embargo, se le deben colocar de otros colores para romper contar el aburrimiento y la creatividad.

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